En un contexto de notable dinamismo del comercio mundial, el comportamiento del sector exterior español sigue sorprendiendo positivamente, con una excepcional evolución de las exportaciones que permite que siga manteniendo su cuota de comercio mundial y un crecimiento más equilibrado. Esto contribuye a seguir acumulando superávit por cuenta corriente en el actual ciclo económico de recuperación.

El tejido empresarial español es el verdadero artífice de esta favorable evolución del sector exterior después del colapso del comercio mundial en 2009. Por ello, en este trabajo se presentan las principales conclusiones del análisis del comportamiento de la empresa exportadora española según su tamaño, a través de datos de la Agencia Tributaria para el periodo 2010-2015 (último dato disponible).

Según la información de la Agencia Tributaria, solo el 3% de las empresas de menos de 200 trabajadores participan en el sector exportador, mientras que más de la mitad de las firmas de más de 200 trabajadores tienen clientes en el exterior. Además, dentro de las empresas pequeñas y medianas, se observan importantes diferencias: del total de micropymes (empresas de hasta 9 trabajadores), solo el 2% realiza exportaciones, cifra que se eleva al 41% para empresas medianas, de 50 a 200 trabajadores.

En términos de volumen, las micropymes exportaron el 11% del total, las pequeñas empresas el 14%, mientras que las empresas medianas respondieron por el 24% de las exportaciones. Por su parte, las grandes empresas fueron responsables de un poco más de la mitad del volumen total exportado.

Por sectores, las pymes exportan la mayoría del flujo correspondiente al comercio al por mayor, y también, en especial las medianas, abundan en el sector de alimentación bebidas y tabaco, ambos con una importante cuota en las exportaciones españolas. Por su parte, las grandes empresas absorben la mayoría de los flujos del sector exportador de manufacturas en sentido amplio, que ostenta el mayor peso en el total de exportaciones, así como dentro de este, en subsectores como el automóvil, la industria química y la farmacéutica, o el sector de coquerías y refino de petróleo.

Además, la estabilidad de la actividad exportadora es menor en las pymes, sobre todo entre las más pequeñas. Para el conjunto del período 2010-2015, se observa cómo las empresas exportadoras estables y no estables se incrementaron en todos los grupos de tamaños. La diferencia radica en que para las micropymes y las pequeñas, fue más rápido el aumento de las exportadoras no estables que el de las estables, seguramente porque el proceso de salida al exterior fue más necesario en la época de crisis y, por tanto, más intenso entre estos grupos de empresas. Por su parte, en las empresas medianas y grandes el aumento de las exportadoras estables ha superado ya al de las no estables.

La mayoría de las empresas concentran sus exportaciones en muy pocos países (más de la mitad en un solo país, y el 80% en dos países como mucho). Esta falta de diversificación dificulta su supervivencia internacional a largo plazo, pues las torna más vulnerables ante eventuales shocks. Además, y a pesar de que existen más empresas que exportan a un solo país en 2015 con respecto a 2010, el volumen exportado por las mismas ha descendido.

 

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