Con vistas al citado Consejo Europeo de octubre, el Presidente saliente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el Jefe Negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, debatieron con los eurodiputados sobre la salida de Reino Unido de la UE. Juncker advirtió de que el riesgo de un Brexit duro sigue siendo real, alentando a centrar los esfuerzos de la negociación entre ambas partes los próximos días para lograr un acuerdo que, consideró, deseable y aún posible. Por su parte, Barnier insistió en la necesidad de lograr una solución pragmática para evitar una la frontera física en la isla de Irlanda y la protección de la integridad del mercado interior europeo. Tras el debate, el Pleno adoptó una Resolución no legislativa (544 votos a favor, 126 en contra y 38 abstenciones) con la que se confirma el apoyo al enfoque actual de la UE sobre las negociaciones del Brexit. En la misma, se señala que el Acuerdo de Retirada alcanzado entre el gobierno británico y la UE en noviembre de 2018 es “justo, equilibrado y proporciona seguridad jurídica”, ya que respeta las líneas rojas marcadas por Reino Unido, los principios fundamentales de la UE y garantiza el mantenimiento del status quo en Irlanda. No obstante, se enfatiza que el Parlamento Europeo no aprobará ningún acuerdo sin un mecanismo de protección para Irlanda (backstop). Por último, los eurodiputados se muestran abiertos a conceder una tercera prórroga, si Reino Unido lo solicita con justificación y un propósito específico. No obstante, el 19 de septiembre, en su visita a la capital española, el Ministro británico para el Brexit, Steve Barclay, volvió a insistir en que su país abandonará la UE el 31 de octubre, tratando de persuadir a España de las bondades de la propuesta británica de eliminar el backstop para Irlanda, si no quiere sufrir las consecuencias económicas de un Brexit duro como si su país no fuera a sufrirlas, y pretendiendo, además, romper la unidad de los 27 y comprometer la posición negociadora de la Comisión.