Tras la primera reunión de 19 de junio, que sirvió para establecer el calendario y el modo de trabajo para las negociaciones; se celebraron la segunda (del 17 al 20 de julio) y tercera ronda (del 28 al 31 de agosto), en las que básicamente sólo se presentaron las posiciones de la UE y de Reino Unido en los asuntos clave que forman parte de la primera fase de las negociaciones de salida (el arreglo financiero, los derechos de los ciudadanos y la frontera con Irlanda del Norte). Sin embargo, tal y como declaró el Jefe negociador de la UE, Michel Barnier, al término de la última ronda, no han habido avances significativos en los grandes expedientes y tampoco se abordó en detalle el posible periodo transitorio; lo cual resulta preocupante debido a que la fecha oficial de salida prevista (29 de marzo de 2019) se acerca y que, si no se progresa en los tres citados temas, no se puede avanzar en el proceso de salida y mucho menos en un acuerdo sobre las relaciones futuras. Barnier insistió en la necesidad de llevar a cabo un trabajo mucho más sustancial en la cuestión de Irlanda, generar confianza sobre los derechos de los ciudadanos, y que Reino Unido asuma sus obligaciones financieras. Además, volvió a subrayar la unidad de los 27 Estados miembros en el proceso de las negociaciones así como la defensa de la integridad del mercado interior europeo. Por su parte, su homólogo británico, David Davis, alentó a que haya mayor imaginación y flexibilidad en las negociaciones por parte de la UE, y consideró que las tres primeras reuniones son un importante trampolín para las próximas de este año. Además, insistió que para Reino Unido la separación de la UE y su relación futura están inextricablemente ligadas. Por el momento, se han clarificado puntos sobre, por ejemplo, el estatuto de los trabajadores fronterizos, la cobertura de los derechos sobre seguridad social, los requisitos de confidencialidad sobre información compartida o los procesos en curso ante el Tribunal de Justicia. No obstante, sigue siendo un punto de gran desacuerdo el papel del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) como garante de los derechos de los ciudadanos europeos una vez Reino Unido esté fuera de la UE; lo cual, desde un punto de vista europeo, es una obligación y no una opción. Por otro lado, Reino Unido planteó otras cuestiones como los productos que estén a la mitad de su producción cuando se haga formal la salida británica, la cobertura sanitaria de emergencia para los viajeros o el derecho de los ciudadanos británicos para ofrecer servicios dentro de la UE. Por último, el 7 de septiembre Michel Barnier informó de la publicación cuatro nuevos documentos de posición de la UE relativos a la contratación pública, aduanas, uso de datos y protección de información, y sobre derechos de propiedad intelectual.  Las siguientes rondas de negociación previstas serán el 18 de septiembre y el 9 de octubre.

 

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