Las dislocaciones derivadas de la pandemia, la fragmentación geoeconómica y la guerra de Rusia en Ucrania han cambiado la dinámica del comercio mundial. Si bien esto ha creado desafíos, la reorientación del comercio también ha generado nuevas oportunidades, en particular para el Cáucaso y Asia Central.

 

Desde que comenzó la guerra, las economías de la región han mostrado una resiliencia continua y la actividad comercial en muchos países ha aumentado, impulsada en parte por rutas comerciales alternativas. En 2022, Armenia, Georgia y la República Kirguisa vieron aumentar hasta un 60 % su participación en el comercio, excluyendo el petróleo y el gas, con socios importantes como China, la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos. Por lo tanto, a pesar de cierta moderación, se proyecta que el crecimiento del producto interno bruto en el Cáucaso y Asia Central seguirá siendo robusto en 3,9 % en 2024 antes de repuntar a 4,8 % en 2025.

 

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