Tras siete años de conversaciones, la Unión Europea y China concluyeron las negociaciones del Acuerdo Global de Inversiones (CAI, por sus siglas en inglés). Según indicó la Comisión Europea, el objetivo es mejorar el acceso al mercado chino en sectores claves como la industria y la automoción, los servicios financieros, servicios de telecomunicaciones e informáticos, de transporte marítimo internacional y aéreo, y servicios de construcción, entre otros. Además, prevé la igualdad de condiciones con empresas locales y estatales, mayor seguridad jurídica para los inversores europeos, y eliminar la obligación actual de constituir una sociedad conjunta con empresas chinas, así como la transferencia de tecnologías. Asimismo, incluye compromisos en materia medioambiental y sobre normas laborales, en línea con las directrices europeas. BusinessEurope celebró el contenido del acuerdo y los beneficios que supondrán para las empresas europeas, aunque insistió en la necesidad de ahondar en una mayor protección de las inversiones. Ahora se espera que, a lo largo de los próximos dos años, ambas partes ultimen las negociaciones sobre la protección de las inversiones para pasar a la etapa de firma, ratificación y conclusión del citado acuerdo.

 

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