Con vistas al Consejo Europeo de 22 y 23 de marzo, la Comisión Europea publicó el proyecto de acuerdo de retirada el pasado 28 de febrero, que es la expresión jurídica del pacto alcanzado en diciembre de 2017 sobre los aspectos fundamentales de la primera fase de las negociaciones (ciudadanos, factura y frontera con Irlanda). Dicho borrador de acuerdo Incluye también un apartado sobre el período transitorio que iría desde el 29 de marzo de 2019 al 31 de diciembre de 2020 y que está basado en las directrices de negociación adoptadas por el Consejo el 29 de enero. En síntesis, el borrador de acuerdo de desconexión consta de seis partes: disposiciones preliminares; derechos de los ciudadanos; cuestiones relativas a la separación (por ejemplo, régimen de los productos introducidos en el mercado antes de la fecha de retirada); acuerdo financiero; disposiciones transitorias; y disposiciones institucionales. Por último, incorpora un protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte que evitaría el establecimiento de una frontera física en la isla, mediante la permanencia de ésta última en la unión aduanera y el mercado interior. Una propuesta a la que Gobierno británico se opuso, como destacó la Primera Ministra May en su discurso de 2 de marzo sobre la relación futura con la UE en el que, en contra de lo esperado, no arrojó luz a sus planteamientos. La respuesta europea llegó el 7 de marzo, con la publicación del borrador de directrices preliminares sobre el marco futuro de relaciones con Reino Unido. En las mismas se ofrece a Reino Unido un acuerdo comercial amplio, advirtiendo que es la única solución posible habida cuenta de su opción de salir de la Unión Aduanera y el mercado interior. En este sentido, se le recuerda que la integridad del mercado interior es innegociable y se le cierra la puerta a permanecer en las agencias europeas de regulación una vez se haya producido la salida.

 

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